miércoles, 16 de noviembre de 2016

Marchando una de dulce

Hoy os traigo una entrada un poco diferente. Estar con las manos en la masa en la cocina es fantástico.  Llegó el turno de explorar los frutos del bosque (bayas) Y qué mejor lugar que Noruega para encontrar gran variedad.

Las más  conocidas son las frambuesas y los arándanos azules, pero hay otros tipos. Este verano cogí muchas bayas y las congelé. Se pueden usar para mermelada, pasteles e incluso licor.

Ahora que ha llegado el tiempo de oscuridad nada más  koselig que alegrarse preparando tartas. En una tienda encontré una receta bajo el titulo blåbærpai. Y aunque tengo el libro de recetas de mi madre, esta vez pensé que era una buena idea innovar. Fue emocionante preparar el pastel. Y lo mejor es que gustó.

He aquí la receta.

                                 Imagen Kitchn.no

Base:
  • 300g de harina
  • 100g de mantequilla
  • 3 cucharadas soperas de agua fria.

Relleno:
  • 500 de crema de vainilla.
  • 400 g arándanos azules (congelados o frescos)
  • 100g de azúcar
  • 2 cucharadas soperas de harina de patata. 

Preparación de la base

Se trocea la mantequilla en pedazos pequeños con la harina. A continuación se añade el agua y se amasa todo hasta conseguir una masa lisa y uniforme.

Cómo preparar el relleno

1. Se mezclan los arándanos azules, el azúcar y la harina de patata, procurando no presionar en exceso para conservar la forma de los arándanos azules lo mejor posible.

2. Se prensa la masa en un molde engrasado (se recomienda un molde para hojaldre) y se  pincha la masa con un tenedor. 

3. Se hornea la masa a 180 °C durante aproximadamente 12 minutos hasta que la masa se convierte en una corteza ligera.  

4. Se toma el molde y se llena primero con una capa uniforme de crema de vainilla y luego se vierten los arándanos. Se vuelve a meter en el horno a 200 °C durante unos 20-25 minutos. 


Ya fuera del horno se puede decorar la tarta con arándanos azules frescos y una tira fina de cáscara de limón. Se sirve dentro del molde, y se puede acompañar con una bola de helado de vainilla si se desea.

Para los que quieran leer la receta original en noruego, pinchad aqui.

Ah. Escribí mi primer poema en noruego hace unos días.  Tras pelearme con las palabras y divertirme a la vez, lo conseguí. Y me atreví, con algunos nervios, a leerlo en las noches de poesía de Trondheim. Una cita mensual llena de buenos momentos y de gente que ama escribir, escuchar y/o recitar en diferentes idiomas.

Hasta la próxima