lunes, 23 de mayo de 2016

Uno, dos y tres

Se acercan los tres años en Noruega. Y a falta de hermanos y padres aquí, los amigos y vecinos se han convertido en una pequeña gran familia noruega. Con hermosos detalles y siempre con ganas de echar una mano.  

Aunque amo Barcelona, me siento feliz de que los niños estén creciendo junto a la naturaleza. Hay muchas actividades en contacto con el medio ambiente.



Yo misma no puedo pasar mucho tiempo sin visitar el bosque. Aquí el pequeño, que es un hacha de las nuevas tecnologías, tomó esta foto con mi móvil.





También los pequeños participan muy activamente en allidrett. El mayor en fútbol y el pequeño en gimnasia.




Ayer hubo un evento muy koselig en el barrio, Trimbingo.  Compramos tres tarjetas de bingo a un precio módico en el centro de voluntarios o frivilligsentral y nos fuimos de excursion. Consistía en seguir un camino marcado con betas naranjas anudadas en algunos árboles. Cada diez minutos de trayecto había un poster con diversos números.  Los críos se divirtieron mucho comprobando su tarjeta. El tur duró una hora y cuarto. No ganamos ningún premio. Pero para ellos fue suficiente llegar al centro de voluntarios y ver que estaba lleno de golosinas y bebida. Nos quedamos unos veinte minutos charlando con otros vecinos. Quizás mas adelante el frivilligsentral organiza un noche internacional. La verdad es que suena fantástico.


Continuo aprendiendo en la cocina. Y ya los pasteles y muffins de chocolate los tengo más controlados. Ahora me quiero lanzar con las tartas de frutas o el tiramisú. También cocino platos calientes diferentes y me relaja pasar tiempo en los fogones.


El tema laboral continua siendo inestable y a salto de mata, pero sigo luchando. Por otro lado, aprendo cosas muy curiosas en el curso de noruego, asisto al grupo de mujeres,  y voy charlas gratuitas para entrenar el oído. Las dos últimas fueron sobre Svalbard y las Islas Feroe. Y no me pierdo las noches de poesía una vez por mes. Por último convencieron para ponerme en forma. Así que vuelvo a correr y pronto con la bicicleta.

Seguro que olvido cosas, pero llegó la hora de decir...

Hasta la próxima