martes, 26 de abril de 2016

De palas, malas hierbas y vecinos.

La nieve se ha derretido en Trondheim (excepto en Bymarka) Es tiempo de arreglar y limpiar los jardines, los bosques y el entorno en general.

Siempre me pilla el toro. Sé que ha llegado el momento de ponerme manos a la obra y acicalar el jardín, porque  los demás empiezan a sacar palas, carretas y herramientas diversas. 

Esta mañana he visto al propietario barriendo con bastante fruición muy cerca de lo que sería mi zona. He salido de casa y le he preguntado si me podía prestar algunas herramientas. Ahora era mi turno y hemos cambiado posiciones. Me he enfundado en los guantes que compré en Rusta el fin de semana, y me he dirigido al jardín con un montón de bolsas. 

La verdad es que tiene su gracia sacar las hojas de los arbustos con un rastrillo, sin dañar la planta y siendo efectiva. Pero no siempre podía así que en algunos momentos he adoptado varias posiciones (admito que poco glamurosas) y las he sacado con las manos. He intentado no recordar demasiado al muchacho que las quitaba ayer con un aspirador gigante y potente en la escuela jajaj. Digamos que su velocidad era inversamente proporcional a la mía 

Confieso que sí me he preguntado porqué debió plantar tantos arbustos el propietario en su día. Pero luego me he acordado de lo ricas que están las frutas del bosque en Noruega. Y he seguido trabajando. Que no falte la motivación.

Ha sido gracioso porque un par de abuelitos se han parado y han empezado a hablar conmigo. Mi vecina de jardín también ha salido cuando me ha oído. Me ha sonreído y ha empezado a quitar hojas también.

Hay mucha mas luz. Empiezan las oportunidades de socializar en plena calle de nuevo, y llega la dosis de energía que tanta iluminación regala.

Más tarde me he percatado que de las piedras que acotan el jardín salían un montón de malas hierbas. Me he entretenido a levantar una a una. Todo tiene otro aspecto. Más hermoso. Quedé cansada pero feliz. Eso sí, mañana debo continuar. Aquí en Noruega los jardines se cuidan hasta el mínimo detalle. Y más estando al caer el 17 de mayo.  

Hasta la próxima.


domingo, 3 de abril de 2016

Cocinando

Ya pasaron las vacaciones de Pascua. Mucha gente se fue a la hytte a aprovechar los últimos copos de nieve para esquiar, o simplemente para descansar.

Trondheim estaba muy tranquila. Aproveché para poner en práctica mis nuevas dotes culinarias. Este es uno de mis propósitos para el 2016.  Pasé tiempo en la cocina arriba y abajo con los chicos. Fue divertido.


También preparamos nuestra primera Mona de Pascua. Con mucho chocolate. Imprescindible.



No nos faltó tiempo para hacer excursiones en Sjetnemarka. Y pese a la lluvia, salimos bien enfundados en nuestros trajes. Ahora hay un proyecto para señalizar caminos bonitos de la zona. Quizás me apunte. Estar en la naturaleza es de las cosas que más feliz me hace. Y la gente del barrio es muy maja.

Hice un curso de cocina de cinco días la semana antes de Pascua. De hecho es la formación para trabajar en una cafetería muy bonita y turística de la ciudad esta primavera-verano bajo necesidad. Cuando empiece os cuento. Aprendí también a llevar la caja, atender a clientes, servir y mantener el orden.  Fue una semana muy entretenida y aprendí a usar muchos utensilios y a preparar cosas sabrosas. Me vi linda con el delantal y hablando con la gente que nos visitaba.

También preparé con mucha ilusión la fiesta de cumpleaños del mayor. Una bonita manera de empezar el mes de abril. Vinieron algunos amigos a casa y lo pasaron bien comiendo salchichas, muffins, saft y pastel. La verdad es que me gustan los cumpleaños caseros. Tienen ese toque tan hermoso o koselig que dicen aquí.

Uno de los regalos que recibió mi hijo fue un cuchillo de montaña para niños. Creo que es típico aquí cuando se cumplen los ocho años. En cuanto lo vio, corrió entusiasmado a pelar algunas ramas y a prepararse un arco a lo Robin Hood. Yo tengo que confesar que a mí también me haría mucha ilusión tener el mío propio y saber manejarlo.

Ahora con la visita de mis padres me siento muy contenta. Mi mamá me está enseñando un montón de trucos de repostería y quedan unas tartas la mar de ricas. Aquí mi primera sacher.



También salimos a pasear y charlamos mucho. Pasar unos días junto a mis padres siempre me llena de buenas vibraciones. Además con el buen tiempo de este fin de semana hemos encendido una hoguera y comido salchichas. Mmmm... saben a gloria en pleno bosque.



Los chicos están alegres de compartir buenos momentos con los abuelos.



Y haciendo el tarzán, que es, sin lugar a dudas, lo que más les gusta.



Culturalmente en la ciudad han empezado unas noches de poesía hace pocos meses. Me he apuntado a la próxima sesión pronto. Quién sabe...quizás me anime a leer alguna cosa un día. Me gusta mucho recitar, aunque sea un poco tímida. Y siempre es un placer escuchar lo que otros escriben o recitales de grandes autores.

Mañana empieza una nueva alumna en Spansk med Lidia. Eso me llena de ilusión y ganas de preparar materiales. Ya os contaré.

Hasta la próxima