lunes, 7 de marzo de 2016

Un invierno auténtico

Estoy viva, sí. Virus y demás me tienen algo apartada del blog, pero hoy me decidí sentarme un ratito y escribir estas líneas.  Esta semana por fin visito al médico. Siempre me cuesta decidirme, pero tras un mes de toses y mocos (disculpad por ser tan explícita) hay que revisar que todo esté bien.

Está siendo un buen invierno en Trondheim. Con bastante nieve. En Sjetnemarka hacen una actividad que se llama "poengrenn" y los vecinos salen a esquiar cada dos semanas aproximadamente. La gente está muy feliz y organiza diferentes eventos en la ciudad. A mí la nieve me pone de buen humor y me parece de una belleza radiante algunos de los paisajes en esta estación del año. Un regalo para la vista sin lugar a dudas.


Los chicos se inventan mil y un juegos en la nieve y alucinan haciendo cuevas. 


Por mi parte estoy aprendiendo a disfrutar de la naturaleza noruega sobre mis esquís. Eso de poder llegar a sitios que a pie sería imposible, me encanta. Aún sigo en nivel principiante y voy a paso vaca,  pero lo cierto es que me gusta y tengo muchas ganas de seguir aprendiendo. Y cuando avanzo unos metros confieso que me siento orgullosa de mí misma jeje.



Estuve en un mercado que organizan en Røros cada febrero. Me impresionó su tamaño. Muy hermoso con la nieve y los productos típicos noruegos, embutidos, mantas, pieles...Es una ciudad pequeña a dos horas y media en coche de Trondheim. Cuenta con una magia y una historia especial. Siempre tengo ganas de volver allí.



Y como el invierno es tan auténtico, la lana viene de perlas. Tengo dos amigas que me han regalado cositas tejidas por ellas. Me puse muy contenta. Os dejo las fotos.




Laboralmente doy alguna que otra clase de español. También he hecho un par de entrevistas para trabajos temporales.  A ver si alguna cuaja. Pronto tengo una reunión en el NAV (el INEM de aquí) para ver más posibilidades. Sigo avanzando y me siento positiva. También continuo con las cuatro horas de noruego semanales, aunque ahora voy a reducir a dos, porque estoy algo cansada. Mi cerebro necesita una pausa de vez en cuando.

Ayer celebramos la fiesta de cumpleaños del pequeño junto a un amigo suyo. Estaba contento con sus cinco años. El tiempo vuela y por aquí sigo sacando el jugo como mejor sé al día a día.

Hasta la próxima