viernes, 24 de abril de 2015

Mimándome

Llegó la primavera y con ella las ganas de ponerme en forma en Trondheim. Han sido casi dos años muy intensos tanto de adaptación a la cultura noruega como de aprendizaje del idioma.  Finalmente he arrancado y me siento bien. Pero ha llegado la hora mimarme un poco, porque mi cuerpo se ha resentido bastante durante este tiempo.

He empezado un curso de yoga un día por semana. Estoy contenta, porque es una manera de estirar las articulaciones y a la vez relajarme. La profesora es experta en problemas de la espalda y nos enseña buenas posturas a través de diferentes ejercicios. También estoy aprendiendo a respirar bien. Parece algo muy obvio, pero me he dado cuenta que respiro de forma agitada.

Los que me conocéis ya sabéis que  camino con la cabeza hacia abajo y suelo encoger los hombros. Además si algo me estresa, aunque no lo exteriorizo, lo voy cargando sobre el cuerpo y me contracturo. Con el yoga he encontrado un buen remedio para las contracturas y las malas posturas.

Combino la práctica de yoga con la bicicleta. Ya he ido varias veces de excursión en Sjetnemarka. Me encanta ver los campos a ambos lados del camino, escuchar cómo pían los pájaros y sentir el frío en las mejillas. Y es que siempre he pensado que las pequeñas cosas de la vida son las mejores. 

Empecé con diez, quince minutos y ahora alcanzo los cuarenta seguidos en terreno fácil (sin pendientes) Aún saco el hígado por la boca, pero me siento como nueva cada vez que uso la bicicleta. Mi objetivo es conseguir usar la bicicleta para bajar al centro y volver y dejar de usar el bus. Pero aún me queda entrenar. 

También he vuelto a la sana costumbre de escuchar mucha música (y cantar y bailar a su vez cuando estoy sola jejeje) Una de mis preferidas...


Culturalmente me he iniciado en la lectura de novelas sencillas en noruego. Aunque los cuentos de niños me gustan, está  muy bien poder pasar finalmente a libros de adultos. También estoy haciendo mis pinitos y he publicado dos escritos sencillos en noruego para Spansk med Lidia. Los podéis leer pinchando aquí y  aquí. El último, que trata sobre el Dia de Sant Jordi, lo llevó el pequeño a la barnehage el miércoles, junto con un cuento ilustrado. A los críos les encantó la leyenda y a las profesoras también. 

¡Feliz finde a todos!





martes, 21 de abril de 2015

Adolescentes y respeto

Ayer una noticia sacudió el ámbito educativo español de manera brutal. Murió un profesor en  un instituto de Barcelona debido al ataque de un alumno con una arma blanca, además de quedar varios heridos. Esto ha generado un debate en el país donde el bando principal se centran en la personalidad del niño sin ir más allá. Amarillismo puro, sacando todos los supuestos trapos sucios del atacante en cuestión.

Otros con una visión certera debaten sobre la situación que rodea al niño. Y ahí es donde me gustaría entrar. Los niños no dejan de ser reflejo de lo que viven y lo que ven. Y la educación  viene de casa, o al menos así debería ser. A la escuela los niños van a aprender y a socializar. Si bien esa es la función de la escuela, lo cierto es que como maestra una acaba teniendo que enseñar qué es el respeto a algunos alumnos.


Cuando leo este tipo de noticias no puedo evitar pensar qué debe estar pasando en casa de este niño para que algo así suceda.  Lo mismo me pasa ahora que llevo unos meses trabajando con adolescentes.

Hay alumnos que siguen la clase, preguntan, muestran interés y se entusiasman con la asignatura de español. Pero también los hay que faltan a clase con frecuencia, se estiran en la mesa y se ponen a dormir, gritan, o los que me dicen que no quieren hacer nada.

Más allá de culpar al alumno, está ver qué pasa ahí detrás para que se produzcan ciertos comportamientos. La edad entre 12 y 15 años por todos es sabido que no es una edad fácil, porque es cuando uno se cuestiona y se plantea muchos temas. Pero no es sólo una cuestión de edad.

En mi  caso, las clases que tengo actualmente de adolescentes no son problemáticas en su conjunto, pero sí hay alumnos que generan cierta conflictividad en el aula. También extraigo de determinadas actitudes poco ortodoxas que observo en la clase, que debe haber un problema en casa. Dos más dos son cuatro.

Cabe decir que en Noruega, si el profesor tiene algún problerma en el aula, debe hablar con el profesor de contacto del grupo y se activan toda una serie de mecanismos. En el sentido anterior, el centro donde trabajo actualmente puedo decir que es una buena escuela. En cuanto hay un problema, hay un engranaje que funciona y se apoya a los maestros. Además, he tenido mucha suerte con mis colegas. Son muy amables y todas compartimos y aportamos materiales y experiencias. No puedo decir lo mismo de todas las escuelas en las que he estado como sustituta. Hay escuelas y escuelas, como en todas partes.

Cuando un adolescente se comporta mal aparecen las siguientes cuestiones: ¿es culpa de la escuela? ¿el maestro no motiva suficiente al alumno?  ¿ es un niño  "malo"? Poca gente se para a pensar que el verdadero foco del problema está en casa. Hay que tomar conciencia que la educación de nuestros hijos es en casa. La escuela es un complemento a todo ello. Un complemento importante con el que debe haber un diálogo fluido y honesto, más un respeto por la figura del maestro. Igual que yo cuando trabajo como maestra respeto a todos y cada uno de mis alumnos.


El respeto a la figura del maestro es actualmente uno de los temas más debatidos a nivel educativo en Noruega. Se observan ciertas actitudes que antes no se daban cuando los jóvenes entraban en la adolescencia y el maestro siempre lleva todas las de perder.  Obviamente cuando un niño te la lía en clase, no es nada fácil. Una ha de controlar sus instintos inmediatos y sacar  a relucir la comprensión y el diálogo. Pero esto es algo que da para otra entrada.

Y no hay padres perfectos ni niños perfectos, pero cuando en casa se educa dentro del respeto y el diálogo, fuera la vida funciona mejor y los problemas que surjan, se pueden canalizar.

¡Hasta la próxima!







viernes, 10 de abril de 2015

Mariposas norteñas

A veces hay personas que te emocionan. Hoy mi profesora de noruego compartió una canción que le hizo pensar en mí en cierta manera. Es muy popular en Noruega pero yo no la conocía.

La canción se titula "Sommerfuggel i vinterland" Sería algo así como "Mariposa en la tierra del invierno", pero quizás suene mejor como "Mariposa en el norte" (amigos noruegos o personas que se precien de su noruego corregidme si es necesario, por favor. Tusen takk!) 

La canción es de Halvdan Sivertsen un artista nacido en la ciudad de Tromsø, pero que creció y reside actualmente en Bodø. Casualidades de la vida, jeje


La letra es preciosa y narra la historia de un niño y su madre que son inmigrantes en el norte de Noruega y empiezan una nueva vida allí. El autor canta en su dialecto, pero se puede entender sabiendo bokmål. También hay una versión moderna rapera de la mano del artista Vinni, pero cuesta más de seguir. Y la verdad es que al oído me gusta más la original. He aquí un concierto donde podréis ir las dos versiones.

Sommerfuggel i vinterland

Æ så dæ i går på gata
Da byen lå kald å stor
æ så du va ny i livet
Og æ så du va ny i nord
Og mora di bar en koffert
Med alt det ho eide i
Og du gikk å bar på hennes drøm
Om en gang å få bli fri
Og du ga mæ et smil
Sommerfuggel i vinterland
Ingen får ta fra dæ
Fargan du visste mæ
Og må drømmen du bær bli sann
Sommerfuggel i vinterland
Og mora di bær på minna
Om alt d ho har forlatt
Ho vet ikke om ho ser igjen
Han som de tok ei natt
Nu hold ho dæ fast i handa
Så gjør ho dæ varm og go
Og ho håpe du e velkommen hit så såran en gang skal gro
Og du ga mæ et smil
Sommerfuggel i vinterland
Ingen får ta fra dæ
Fargan du visste må
Og må drømmen du bær bli sann
Sommerfuggel i Vinterland
Æ håpe vi tar imot dæ
Æ håpe du slæpp å frys
Æ vet du kan gi os farge og latter og liv og lys
Æ så dæ i går på gata
Da byen lå kald og stor
Og æ så du va ny i livet
Og æ så du va ny i nord
Og du ga mæ et smil
Sommerfuggel i vinterland
Ingen får ta fra dæ
Fargan du visste mæ
Og må drømmen du bør bli sann
Sommerfuggel i Vinterland


Feliz fin de semana :)

domingo, 5 de abril de 2015

Aún más al norte

Pasó la Pascua y con ella nuestro primer viaje rundt i Norge. Tras casi dos años aquí, finalmente llegaron nuestras primeras vacaciones de turismo interior. Inspirados por un reportaje de Life in Norway, nos decidimos por la zona de Bodø. Es la zona más al norte que se puede alcanzar con tren.

Bodø fue practicamente destruída en la Segunda Guerra Mundial. Por ello, si bien la ciudad en sí no tiene un particular atractivo arquitectónico, es de un enorme interés histórico. Por la zona vimos diversos bunkers. Y lo mejor es que la ubicación de la ciudad y pueblos cercanos es excelente para escapadas llenas de naturaleza.

Hace cosa de un mes compramos los billetes para el tren nocturno Trondheim-Bodø. Los chicos estaban muy emocionados pues suponía pernoctar allí. El tren partió a las 23,40 de la noche del domingo pasado y a las 9,30 del lunes nos plantamos en Bodø. Si bien no dedicamos mucho tiempo a recorrer la ciudad, me sorprendió que hubiese mucha más variedad de tiendas que en Trondheim.

                                          Tren Trondheim-Bodø. Foto: Robert Estalella

Mis suegros nos acompañaron en nuestra ruta. En el tren ellos  se alojaron en un compartimento con el mayor y Pau y yo en otro con el pequeño.  Las camas eran bastante cómodas y dormimos todos del tirón con el traqueteo. Toda una aventura.

A eso de las siete ya nos despertamos para disfrutar de vaffels, un zumo y un cola-cao calentito (kakao), mientras nuestros ojos se deleitaban con hermosos paisajes nórdicos.

                                          Desayuno en el tren. Foto: Lidia Monfort.

Dos horas después llegamos a Bodø. Mientras Pau recogía el coche de alquiler en el aeropuerto (está en la misma ciudad), el resto tomamos un brunch revitalizante en el centro de Bodø. 

Nos alojamos en un rorbu (tipo chalet) de un  resort de pesca situado a una media hora de Bodø en coche. Las vistas a un fiordo con montañas nevadas en plena "hora azul" (blå time): impagables.

                                   Vistas de una de  las ventana del rorbu. Foto: Pau Estalella

El rorbu contaba con comodidades diversas como por ejemplo, suelo radiante. El baño estaba dentro. También había nevera y fogones para cocinar. Asimismo tenía dos dormitorios y un altillo habilitado a modo de dormitorio también. Yendo con mis suegros y los chicos resultó lo más práctico. Y la relación calidad-precio buena. En teoría había wifi gratuito, pero no funcionaba. Y fue mejor porque sin internet y en plena naturaleza es cuando una desconecta de todo.

                                         Buenos momentos en el rorbu. Fotos: Lidia Monfort.

Nos faltó vivir una experiencia como pescadores allí mismo, pero como está en nuestros planes volver algún día, todo se andará. No obstante, aquí nos tenéis haciendo un pequeño tur por la zona de las cabañas.

                                       Momentos de silencio de una belleza increíble
                                                    Foto: Robert Estalella.

Estuvimos allí tres días y cuatro noches. Muy tranquilo y con mucho espacio para que los niños jugaran. Se lo pasaron pipa saltando en los charcos y haciendo pompas de jabón.

                                         Terraza de la cabaña. Foto: Lidia Monfort.
                                                 

El primer día visitamos la montaña más cercana. Algo improvisado pero fantástico, pues topamos con un paisaje inefable. Visitamos varios lagos helados de gran tamaño. En la familia unos más atrevidos que otros atravesaron los lagos sin el menor problema.

                                          Caminando y patinando. Foto: Pau Estalella.

Durante nuestras excursiones nos llevamos bocadillos caseros e improvisamos un restaurante en la montaña. También bebimos zumo de naranja como todo noruego que se precie en Pascua. Por la noche Pau y mi suegra cocinaban cosas ricas en la cabaña y jugábamos a cartas.

                                          Ut på tur, aldri sur. Foto: Lidia Monfort

Ya el segundo día y el tercero fuimos directos a las recomendaciones de amigos noruegos. Disfrutamos mucho de las corrientes marinas y el viento de Saltstraumen.

Y también de su faro oxidado y el encanto de las casitas del puerto.

                                    Con mis chicos en Saltstraumen. Foto: Pau Estalella.

El tercer día nos acercamos hasta Kjerringøy. Playas salvajes en medio del Atlántico hicieron las delicias de los niños.

                                         Las algas noruegas son lo mejor del mundo :)
                                                       Fotos: Pau Estalella

El contraste de las altas montañas con el mar es indescriptible. De esas imágenes que cortan el aliento a una.


                                          Playa noruega. Foto: Lidia Monfort.

En las fachadas de muchas casas había pescado secándose al aire libre.

                                       Puerto de Saltstraumen. Foto: Lidia Monfort.

Todo ello con la emoción añadida de coger un ferry para llegar hasta allí. 

                                                    Un par de curiosos. Foto: Lidia M.

Asimismo condujimos algunos kilómetros más desde Kjerringøy hasta acabar la carretera. Una ruta panorámica magnífica. He aquí las coordenadas con el punto más al norte que alcanzamos:  67°35'35.9"N 15°03'55.4"E

Todo lo bueno se acaba y llegó el turno de volver a Trondheim. Elegimos la opción de tomar el Hurtigruten. El horario fue lo peor. El barco partió de Bodø a las cuatro de la madrugada, aunque pudimos embarcar dos horas antes. Entramos bastante zombies. Eso sí, mereció la pena la experiencia.

Zarpamos rumbo Trondheim con el barco Midnatsol ("Sol de Medianoche")

                                  
                                      Foto: Robert Estalella

El trayecto fue de veintiséis horas. La mitad más o menos fue tiempo de sueño.  La otra mitad disfrutamos en plan "Vacaciones en el mar" : leyendo, jugando a cartas, tomando fotos o simplemente mirando el paisaje a través del vidrio. No faltó alguna cervecita que otra. Y celebramos los siete años del mayor con una cena especial en una de las cafeterías del barco.

                                  Cerca de Bronnøysund. Foto de Pau E. tomada desde el barco.

Los camarotes del barco muy cómodos y el desayuno rico y variado. Eso sí, echamos de menos más rincones pensados para los niños, pues sólo había uno en una de las cafeterías.

Ahora ya mañana de vuelta a la rutina. Pero maquinando nuevos viajes alrededor de  Noruega.  Y ya en pocos meses llegará el verano en España.

¡Hasta la próxima! ¡Feliz Lunes de Pascua a todos!