jueves, 21 de noviembre de 2013

Noruega 100%

Últimamente los días se me pasan volando. Mejor, porque tengo unas ganas inmensas de que llegue Navidad. Reconozco que ya me gusta de por sí, pero este año va a ser aún más especial. Mis hermanas que viven en Suiza y Holanda, junto al resto de la familia que está en Barcelona, y los que estamos en Noruega, coincidiremos estas fiestas.

Por cierto, hablando de espíritu navideño, el martes cayó la primera nevada fuerte de la temporada. La ciudad quedó de postal. No ha vuelto a nevar, pero se mantiene bastante la nieve, porque la temperatura es baja. El frío empieza a amenazar y hoy estamos a-3ºC.


A los niños les ha hecho mucha ilusión que nieve, aunque Adrià se mosquea un poco cuando le cae en los ojos. Para eso los noruegos también tienen solución. Cuando empieza la época de las nevadas llevan gorros o las capuchas de las chaquetas con pelos. De esta manera cuando cae la nieve no entra en los ojos. Cuando se generalice la nieve, tocará comprar los gorros en cuestión.

El fin de semana pasado fue diferente de los demás. Llovió mucho y seguido, y cambiamos el plan de ir de excursión por la biblioteca. Aprovechamos que se celebraba el Nordisk Spilldag, y la planta infantil estaba llena de juegos para adultos y niños. El mini-futbolín fue el preferido de las fieras, y  pasaron un buen rato.

También estuvimos hojeando libros. Encontramos uno de los cuentos estrella de la barnehage, Karius og Baktus. Trata de unos seres diminutos que se alojan en la boca de una persona. Fantasía total. En Trondheim, venden el libro por separado o bien acompañado de un cepillo dental y un vaso. Es un éxito en la ciudad, y está recomendado también para estudiantes de noruego. De hecho, una se lo está leyendo (ejem)


Cambiando de tercio, el domingo fuimos a una comida india. Una amiga del curso de noruego, que es de Calcuta, nos invitó a comer a su casa con su familia. El menú: Arroz con pollo, y patatas al estilo hindú. Todo ello completado por comida noruega consistente en sopa de verduras con pedazos de frankfurt. Y también una pasta de nombre lefse, muy típica en Noruega, rellena de mantequilla y azúcar. Hay múltiples opciones de relleno del lefse, y es habitual poner salchichas o mermelada dentro.

Mi compañera de noruego y su familia comen con las manos, pero nos dijeron que preferían usar la cuchara ese día para que no nos resultara tan extraño. Y eso que por nosotros no había problema. Comimos sentados en una silla, porque no utilizan mesa. Costumbres de cada país. Realmente cada día se aprende algo nuevo. 

La comida no picaba. Nos comentaron que eso de que los indios comen mucho picante es un mito. Que ningún cuerpo humano resistiría, si los manjares los aderezaran igual que en los restaurantes típicos.

Pasamos un buen día. También dio tiempo de ir al parque, y pasear un rato por la zona de Ilviska y ver los barcos anclados. Por último, un detalle que nos llegó al alma, fue que el marido de mi amiga, mientras estábamos en el parque, nos preguntó si queríamos café. Le dijimos que sí pensando que iba un momento a casa a coger el termo. Y cuál fue nuestra sorpresa, cuando apareció con dos cafés del bar. La verdad es que con el frío da gusto beber algo calentito y tener las manos a buena temperatura.

Para acabar, os dejo un rótulo muy tierno que vimos el otro día por la calle. Aquí la gente cuando pierde algo tiene esperanza de recuperarlo, y en el 90% de los casos es así.


Es común ver chaquetas o pañuelos anudados a las farolas. O gorros, chupetes y guantes a buen recaudo en el alféizar de una casa o  cualquier tienda. La persona que lo encuentra, en vez de quedárselo, suele tener el buen gesto de dejarlo visible (por si vuelve la persona que ha perdido la prenda en cuestión)

Nosotros hemos tenido dos experiencias. A Pau se le extravió el móvil en el supermercado, y se lo guardaron (inicialmente pensamos que se lo habían robado) A Adrià se le perdió un gorro (que pese a que preguntamos por todos lados no apareció) La próxima vez ya sabemos que toca colgar un cartel en la calle. Lo mejor es que Pau y yo conseguimos entender el rótulo íntegramente. Nuestro noruego va mejorando.

¡Hasta la próxima!

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