viernes, 29 de noviembre de 2013

Dulce Navidad

Ya huele a Navidad (Jul) en Trondheim. La sociedad noruega vive mucho esta época. Es toda una cultura, y hay muchas actividades organizadas. Aparte del reclamo comercial, como en todas partes, es fantástico ver la ilusión con que se preparan las cosas. Os iré contando, porque este mes de diciembre va a ser muy intenso en la ciudad.

Los escaparates de las tiendas lucen con sus mejores galas. Tambíén tienen un montón de adornos para el hogar. Árboles los hay desde los tradicionales hasta los de diseño. De momento, no se oyen son villancicos. Supongo que empezarán a sonar en pocos días. 

No faltan animalitos simpáticos para hacer más atractivos los escaparates.


Y algún que otro detalle amoroso. 


Pero el espíritu navideño está presente en todos los ámbitos de la ciudad. Es el caso de la barnehage y la biblioteca. Este año cada niño lleva un juguete usado en buen estado, y se donará a una ONG noruega. Ayer estuvimos eligiendo y Arnau se decidió por uno de sus coches, y Adrià por un muñequito y su perro.

Hoy cuando los he recogido del colegio habían pintado los cristales con motivos navideños. Este mes harán de cocineros más de una vez, y prepararán algunos dulces típicos. Uno de los más populares son las pepperkaker (galletas de jengibre). Pinchando aquí encontraréis su etimología, y la receta para su preparación. 

En la biblioteca, he avistado un libro sobre repostería navideña noruega, y lo he pedido prestado. Se hacen verdaderas obras de arte como las pepperkakerhus. Son casas de galletas de jengibre con lacasitos, caramelos, sírope...Vamos que, después de comerte esto, puedes ponerte como una moto.

                                          Imagen Flickr Eva Mostraum

Si no apetece preparar la masa, se puede comprar una caja en los supermercados, que contiene la casa desmontada. Y se trata de construirla con los ingredientes que más te gusten. Aparte de casas, también se ven muchos árboles de Navidad dulces. Les cuelgan regalos, que son las golosinas azucaradas de toda la vida. Y también podemos encontrar ideas originales como este rocódromo (la escalada es una afición y/o deporte que se practica mucho por estos lares).

                                                 Imagen  Flickr Eva Mostraum

Las primeras galletas de Navidad aparecieron en el supermercado en el mes de octubre. Algunos noruegos piensan que es excesivamente pronto, porque cuando llegan las fechas señaladas ya las has aborrecido. Pero aquí una fan sigue entusiasmada con ellas.

Por otro lado, la ciudad anda revuelta estos días, porque el domingo encienden las luces del árbol del centro de Trondheim (julegrana tennes). Ayer plantaron un gran árbol en la plaza, y hoy lo estaban acicalando e instalando las luces. En nuestro barrio, la julegrana tennes será el lunes. Es una fiesta bonita, porque la gente pone muchas ganas, y hay música y degustación de pepperkaker. 

                                       Imagen extraída de Fb Sjetne Frivillig Sentral
¡Hasta la próxima!



lunes, 25 de noviembre de 2013

Nieve

El domingo los niños se levantaron emocionados. Estaba todo nevado, y siguió nevando con intensidad durante el día. Se veía a los vecinos con las palas retirando la nieve para  poder sacar el coche. Y también había quién tenía máquinas más sofisticadas, que se tragaban la nieve, y la esparcían hacia los lados.

Desayunamos tortitas. Toda una tradición de los fines de semana desde que estamos aquí. Las rellenamos con mermelada o azúcar, y disfrutamos los cuatro como enanos. Nos las íbamos zampando, mientras veíamos caer la nieve. Bucólico total.

Luego nos equipamos, y salimos a hacer un muñeco de nieve. Pau les enseñó a los pequeños a hacer las bolas. Y ellos orgullosos iban colaborando.


Cuando acabaron el cuerpo, buscamos piedras, y las fieras hicieron la boca y los ojos con ellas. Una piña sirvió de nariz. Le pusimos mi bufanda y mi gorro. Y unas ramas para los brazos. y...Voilà!



Más tarde paseamos por el barrio y no faltó guerra de bolas de nieve. Curiosamente, algunos sitios costaban de reconocer. Y eso que pasamos cada día. Después de observar Trondheim de color verde algunos meses, finalmente se ha teñido de blanco. Cambia la percepción de todo totalmente.

Por la tarde, estuvimos calentitos en casa mirando Indiana Jones. A Arnau le encantó. A él todo lo que sea buscar tesoros y acción le fascina. Los chicos tuvieron algún rato más peleón (no somos La Casa de la Pradera jeje) Pero hemos pasado un fin de semana tranquilo. De esos en que te das cuenta que las cosas pequeñas de la vida son las mejores. Y canciones como Thank you de Led Zeppelin suenan en mi cabeza.

¡Hasta la próxima!







jueves, 21 de noviembre de 2013

Noruega 100%

Últimamente los días se me pasan volando. Mejor, porque tengo unas ganas inmensas de que llegue Navidad. Reconozco que ya me gusta de por sí, pero este año va a ser aún más especial. Mis hermanas que viven en Suiza y Holanda, junto al resto de la familia que está en Barcelona, y los que estamos en Noruega, coincidiremos estas fiestas.

Por cierto, hablando de espíritu navideño, el martes cayó la primera nevada fuerte de la temporada. La ciudad quedó de postal. No ha vuelto a nevar, pero se mantiene bastante la nieve, porque la temperatura es baja. El frío empieza a amenazar y hoy estamos a-3ºC.


A los niños les ha hecho mucha ilusión que nieve, aunque Adrià se mosquea un poco cuando le cae en los ojos. Para eso los noruegos también tienen solución. Cuando empieza la época de las nevadas llevan gorros o las capuchas de las chaquetas con pelos. De esta manera cuando cae la nieve no entra en los ojos. Cuando se generalice la nieve, tocará comprar los gorros en cuestión.

El fin de semana pasado fue diferente de los demás. Llovió mucho y seguido, y cambiamos el plan de ir de excursión por la biblioteca. Aprovechamos que se celebraba el Nordisk Spilldag, y la planta infantil estaba llena de juegos para adultos y niños. El mini-futbolín fue el preferido de las fieras, y  pasaron un buen rato.

También estuvimos hojeando libros. Encontramos uno de los cuentos estrella de la barnehage, Karius og Baktus. Trata de unos seres diminutos que se alojan en la boca de una persona. Fantasía total. En Trondheim, venden el libro por separado o bien acompañado de un cepillo dental y un vaso. Es un éxito en la ciudad, y está recomendado también para estudiantes de noruego. De hecho, una se lo está leyendo (ejem)


Cambiando de tercio, el domingo fuimos a una comida india. Una amiga del curso de noruego, que es de Calcuta, nos invitó a comer a su casa con su familia. El menú: Arroz con pollo, y patatas al estilo hindú. Todo ello completado por comida noruega consistente en sopa de verduras con pedazos de frankfurt. Y también una pasta de nombre lefse, muy típica en Noruega, rellena de mantequilla y azúcar. Hay múltiples opciones de relleno del lefse, y es habitual poner salchichas o mermelada dentro.

Mi compañera de noruego y su familia comen con las manos, pero nos dijeron que preferían usar la cuchara ese día para que no nos resultara tan extraño. Y eso que por nosotros no había problema. Comimos sentados en una silla, porque no utilizan mesa. Costumbres de cada país. Realmente cada día se aprende algo nuevo. 

La comida no picaba. Nos comentaron que eso de que los indios comen mucho picante es un mito. Que ningún cuerpo humano resistiría, si los manjares los aderezaran igual que en los restaurantes típicos.

Pasamos un buen día. También dio tiempo de ir al parque, y pasear un rato por la zona de Ilviska y ver los barcos anclados. Por último, un detalle que nos llegó al alma, fue que el marido de mi amiga, mientras estábamos en el parque, nos preguntó si queríamos café. Le dijimos que sí pensando que iba un momento a casa a coger el termo. Y cuál fue nuestra sorpresa, cuando apareció con dos cafés del bar. La verdad es que con el frío da gusto beber algo calentito y tener las manos a buena temperatura.

Para acabar, os dejo un rótulo muy tierno que vimos el otro día por la calle. Aquí la gente cuando pierde algo tiene esperanza de recuperarlo, y en el 90% de los casos es así.


Es común ver chaquetas o pañuelos anudados a las farolas. O gorros, chupetes y guantes a buen recaudo en el alféizar de una casa o  cualquier tienda. La persona que lo encuentra, en vez de quedárselo, suele tener el buen gesto de dejarlo visible (por si vuelve la persona que ha perdido la prenda en cuestión)

Nosotros hemos tenido dos experiencias. A Pau se le extravió el móvil en el supermercado, y se lo guardaron (inicialmente pensamos que se lo habían robado) A Adrià se le perdió un gorro (que pese a que preguntamos por todos lados no apareció) La próxima vez ya sabemos que toca colgar un cartel en la calle. Lo mejor es que Pau y yo conseguimos entender el rótulo íntegramente. Nuestro noruego va mejorando.

¡Hasta la próxima!

domingo, 17 de noviembre de 2013

Trondheim on ice

Estas últimas semanas ha helado por las noches en Trondheim. Al levantarme y mirar por la ventana está todo cubierto de una ligera capa blanca de hielo con puntos brillantes. Los cofres con gravilla que hay en las calles ya empiezan a usarse, y se ve a gente lanzando piedrecitas al suelo. También tractores esparciéndolas por la carretera.  Ellas son mis mejores amigas. De lo contrario ya me hubiera matado. Los coches, buses e incluso bicicletas han cambiado sus ruedas, por las de invierno (ruedas con clavos). Los clavos comparten podio con las piedras en cuanto a mí se refiere. 

Los dos primeros días de hielo fui con las botas con mucho cuidado, y no me pasó nada. Pero al tercer día saliendo de casa, me metí una que ni os cuento. Me caí de lado y ya veis a los hombres de la casa intentando levantarme. Me quedé anclada en el suelo. Además, tiene guasa la cosa, porque nuestro apartamento está en una colina. De forma que para acceder a la calle peatonal has de recorrer una pendiente de unos 30 metros: Helada y sin piedras. Brilla desafiante como diciendo "Te la pegas fijo". Eso por la mañana cuando llevamos a los niños a la barnehage. A la vuelta ya está oscuro, y con poca luz. Entonces tiene más gracia aún el asunto. Por suerte, aunque no muchas,  hay piedras a fecha de hoy.

Pero eso no es todo. Sales de casa. Caminas cinco minutos hasta la parada del bus (que se hacen eternos) Cuando llegas a la parada piensas que se ha acabado el peligro, y no. Llega el bus y has de recorrer tres palmos de acera hacia delante par a subir.

El primer día que me encontré con la situación pensé: "donde fueres haz lo que vieres" Entonces, me fijé que los noruegos patinan por la acera con los zapatos hasta el autobús. Cuando lo vi, decidí que el refrán quizás no era aplicable en mi caso. No tuve el valor. "Si patino me voy hacia detrás y me parto la crisma" pensé (y visualicé). Así que dando pasos chiquitos, mientras el conductor me miraba estoíco con paciencia infinita,  llegué a la puerta y validé el billete.

Ahora uso los clavos en las botas, y puedo decir que mi vida ha cambiado. Ya no me entra ese sudor frío, que te produce la sensación de que te vas a caer continuamente. Camino con cuidado, pero el miedo se me está yendo, y voy con mucha más tranquilidad.

Los niños se han adaptado bien al tema, y después de algunas caídas, y la práctica que han cogido en la escuela, no hay problema. Caminan con las botas sin clavos. Y Pau como me lleva unos meses de ventaja aquí, ya ha pasado la fase del miedo, y va tranquilo con las botas también.

Este fin de semana, hemos tenido temperaturas altas para la época (5ºC a 9ºC) y ha habido tregua de hielo. Pero la semana que viene ya no me libro según la previsión meteorológica.

En esta entrada no hay fotos. De momento no me atrevo. Prefiero tener a mis pies controlados. Pero os dejo un vídeo muy breve para que os hagáis una idea.


¡Hasta la próxima!


lunes, 11 de noviembre de 2013

Lección aprendida

Una actividad muy típica en Noruega es la conocida como å gå på tur (ir de excursión o de paseo). Uno de los dos días del fin de semana salimos con los pequeños a hacer ruta. De momento, vamos cerca de casa, pues la zona está llena de bosques. Preparamos las matpakke y a la aventura.


El sábado bajamos a un embalse. El camino estaba helado, y tuvimos que hace algún pequeño equilibrio para evitar los resbalones. Pronto creo que ya tocará poner los clavos en las botas, porque la temperatura media en Trondheim estos últimos días es de cero grados, y hoy concretamente de -2ºC.

Llegamos a un punto del camino donde hay patos (pese al frío sobreviven como campeones). A los niños les gusta mucho mirar las piruetas que hacen. Más adelante,  había trozos de hielo en el suelo. Las fieras se divirtieron un buen rato arrancando trozos y tirándolos al agua. "Flota" decían emocionados.  Como salimos un poco tarde, y a las cinco ya es noche cerrada, nos llevamos unas linternas, y se divirtieron haciendo de detectives por el bosque.

Por cierto, hablando de excursiones, Arnau salió muy emocionado de la barnehage hace pocos días. Un profesor se llevó a un amigo y a él, y fueron los tres al bosque. Encendió una hoguera y estuvieron comiendo la matpakke alrededor. Me dijo que le encantó porque tenía las manos calentitas. Luego, el maestro la apagó y volvieron a la escuela.

                                          Imagen Flickr Reven Sánchez

Cambiando de tercio, hoy os contaré una anécdota que nos sucedió la semana pasada. Una noche cuando estábamos acostando a los enanos, vimos un charquito de agua en su habitación. Revisamos toda la casa, y resulta que todas las estancias que daban al jardín estaban húmedas. Total que avisamos al propietario. Vino con un experto, y resulta que los cristales de las ventanas también estaban parcialmente empañados. Seguro que muchos ya habréis adivinado el problema.

Resulta que no ventilábamos suficiente el apartamento, y al tender la ropa dentro teníamos una condensación exagerada. La otra conclusión a la que llegamos fue que las casas noruegas son herméticas 100%  y es un riesgo no ventilar correctamente. Según nos dijo el técnico estábamos viviendo dentro de una bolsa de plástico.

Las instrucciones para solventarlo: Ventilar la casa íntegramente 10 minutos al día  mediante apertura de todas las ventanas. Dejar las rejillas de ventilación pequeñas de las ventanas abiertas 8 horas diarias. Por último, tener la calefacción encendida en toda la casa. En el comedor y el baño la tenemos a 20ºC, y en los dos dormitorios al mínimo (lo suficiente para que caliente, pero que no asfixiarnos mientras dormimos) Va por suelo radiante, y el poder calorífico es alto. Idealmente también deberíamos tener una secadora para la ropa, pero eso será más adelante, porque el cambio de piso nos ha supuesto gastos adicionales, y hay que ahorrar.

De momento, siguiendo las pautas de ventilación, el problema se ha solventado, aunque las rejillas de las ventanas las tenemos abiertas 24 horas y abrimos  las ventanas tres veces por día. Si no, no es suficiente con la humedad que hay estos días en la ciudad.

Todo esto nos pasó porque no abríamos  demasiado las estancias por miedo de pasar frío y como os comentaba todas las ventanas de casa quedan cerradas a la perfección. Es curioso, porque en Barcelona por muy cerrado que tengas, no hay nada 100% hermético, y las casas en general ventilan por cualquier lado automáticamente. Dicho esto: Lección aprendida.

¡Hasta la próxima!



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Nuestra barnehage (II)

La semana pasada tuvimos reunión con las profesoras de los dos pequeños en la barnehage. En esta ocasión, también vino una traductora de español para que la cosa fuera más ágil.

Las dos maestras coincidieron en que los niños están contentos y felices en el colegio, pese la barrera idiomática. Nos comentaron que aún sigue presente, aunque el mayor ya entiende lo que se le dice, y puede construir frases entre dos y cuatro palabras. El pequeño dice palabras sueltas, pero no lo capta todo 100%.

El objetivo inicial de potenciar el aprendizaje del idioma noruego se sigue manteniendo. Arnau ha empezado a participar en un grupo de lengua, junto a sus otros compañeros, que, como él, el curso que viene pasan de la barnehage a la skole. A través de juegos e imágenes, pasan un buen rato y aprenden noruego en grupos de cuatro. Ah, según nos dijeron también disfruta mucho con las actividades plásticas y el dibujo


                      Foto tomada en exposición del Centro de Adultos de Trondheim (EVO)

El tema de la estimulación con Adrià funciona con imágenes y canciones. El otro día cuando fui a recogerlo, me lo encontré sentado en el regazo de la profesora. Ella le enseñaba dibujos, y él decía lo que veía en noruego y en catalán.

A nivel de amigos, el chiquitín empieza a relacionarse con otros niños, aunque también va por su cuenta, y le gusta el afecto de los adultos a ratos. El mayor nos dijeron que se ha integrado  totalmente, y que los demás lo aprecian y les gusta jugar con él, y viceversa. Y que a veces es travieso. El pequeño las travesuras se las reserva para casa. Dicen que allí es un angelito (ejem)

La misma semana también tuvimos la  reunión general de la escuela con traductora (increíble). Nos enseñaron vídeos, y nos explicaron que la escuela parte de dos ejes, la ergonomía y la autonomía. Se potencia que tanto el personal como los enanos se sienten bien, distribuyan los pesos correctamente, la postura... Y lo cierto es que cuando fui a la adaptación en la clase de Adrià, cuando comían si separaban la espalda del respaldo, les explicaban cómo debían sentarse. 

En cuanto a la autonomía se aplica especialmente a la hora de la comida y también con la vestimenta. Los niños se untan las tostadas, les enseñan a manejar los cubiertos y normas de respeto generales. En este sentido, nos recordó mucho al servicio de comedor de Barcelona. También les dejan recoger los platos a los mayores y ellos mismos los meten en el lavaplatos. Además en grupos de dos o tres fieras se familiarizan con la cocina, y hacen de pinches a veces. Se divierten amasando y haciendo rollitos de pan, o cortando las salchichas para la comida Y luego: ¡Al buche!

La vestimenta en Noruega es tiempo. Pensad que ahora mismo llevan camiseta y malla de lana, pantalón y chaqueta tipo polar, traje de invierno, gorro, y botas. Nos comentaron que ya empiezan a vestirse ellos mismos en el último curso, y que los pequeños ya son capaces de ponerse algunas prendas solitos. Les hemos de dar tiempo. Más vale que tarden diez minutos y lo hagan ellos mismos, que cinco con nuestra ayuda.

Es curioso, pero aquí los padres dejan ir solos a los niños al cole a partir de los siete años, incluso coger un bus o ir a casa de un amigo. A mi me choca, porque aún los veo chiquitines, pero en Noruega es algo muy natural y común.

Otra de las cosas que más gracia nos hizo son los viernes en clase de Arnau. Es el día más especial de la semana. De repente suena música, y les dejan bailar canciones comerciales encima de las mesas en plan podio. Lo pude comprobar en el video que nos pasaron. Fue emocionante ver a mi chico mayor bailando feliz con los demás. A juzgar por sus expresiones, se lo estaban pasando de miedo. Y  lo mejor: La profesora también bailaba encima de un pupitre.

 La canción favorita de las fieras en este momento es What does the fox say? Aprovechando el éxito de la misma, hicieron máscaras de zorro. Y se las ponen para bailar.



El tema del exterior continua siendo algo habitual, y salen al patio mucho, y un día por semana de excursión. A veces cerca, a los parques del barrio. Otras a sitios concretos cogiendo el transporte público. Hace pocos días Adrià fue a una granja con cuatro peques de su clase, y le encantó. A Arnau le tocó el Museo de Ciencias Naturales de Trondheim, y se quedó prendado con el tigre.

En cuanto a los padres, en la escuela nos preguntaron mucho la opinión sobre todo: Horarios, entrada y salida de los niños, actividades... Hasta final de curso el plan es implementar más tareas y juegos relacionados con la música y el teatro. Pero lo irán  decidiendo sobre la marcha.

Por cierto, en muchos colegios, parques y zonas abiertas se ve a gente jugando con pelotas negras. ¿Adivináis por qué? Tic-tac Tic-tac...

Voilà!  Para verlas en la nieve, que está al caer de nuevo, según dicen, en pocas semanas.

¡Hasta la próxima!






viernes, 1 de noviembre de 2013

Kiss and Ride, y un poco de literatura

Cerca de la escuela de los chicos, hay un banco cubierto con una estructura igual  a las de las paradas de autobús, con el nombre de Kiss and Ride (Un beso y adiós podría llamarse en castellano Pero hay un cartel que dice específicamente que no se trata de ninguna parada de transporte público. Ya llevaba días pensando qué podría ser, y ayer hablando con Pau desvelamos el misterio.


Se trata de un punto donde los coches pueden parar y dejar alguien rápido en un lugar cercano a un transporte público. La persona que baja da un beso al conductor/-a sin entretenerse, y coge el autobús o el tren. Esto existe en varios países con diferentes modalidades, pero la idea general es esta.

En Trondheim, el Kiss and Ride se halla situado en el barrio de Elgeseter. Se trata de una zona muy transitada. Pocos metros después del Kiss and Ride hay una parada de autobús con múltiples líneas. Pero la verdad es que aquí  también se usa para dejar o recoger a alguien simplemente. Muchas mañanas se ve a madres o padres que dejan a los niños. Un beso y ¡al cole!. También a parejas jovencitas, mayores...

Cambiando de tercio, sigo estudiando noruego  intentando aprovechar todos los recursos que encuentro. El miércoles fui a un bok kafe en el centro de voluntariado. Vino una bibliotecaria de Trondheim, e hizo una charla sobre literatura de la región, centrándose especialmente en nuestra ciudad. Por lo que explicó, tienen mucha novela criminal. y de misterio, géneros que me encantan. También nos mostró libros históricos sobre la ciudad y sus tradiciones. 

Fue muy agradable. Éramos diez personas alrededor de una mesa con café y pastas para picar. No puedo decir que lo entendiera todo, pero pesqué algunos trozos, y me di por satisfecha. Los chistes aún no los pillo y se me queda cara de pava, pero bueno todo llegará (pensamiento positivo) Al menos pude entablar conversaciones pequeñas, y me hizo sentir bien.

Cuando se acabó nos dejaron ojear los libros. Me pareció particularmente interesante uno que se llama Folk i Trondheim. Es una radiografía social de la ciudad, a través de gente de todas las edades que se presenta en medio folio y explica que es de su vida, sus orígenes, y qué hace en la Trondheim. Pronto lo pediré prestado de la biblioteca.

Ahora aún tengo pendientes de leerme tres cuentos infantiles que pedí prestados en la biblioteca. Finalmente he avanzado de nivel. Antes los que leía eran de la franja de 0 a 3 años, y desde hace una semana ya los cojo de la sección "Pequeños lectores". Automotivación a tope (ejem)


Por cierto, para los que estéis aprendiendo noruego os recomiendo la serie televisiva Lilihammer Trata de las aventuras y deseventuras de un mafioso en la pequeña ciudad noruega de Lillehammer, que da nombre a la serie. La versión original subtitulada mezcla inglés y noruego (en la serie se hablan los dos idiomas), y va genial para aprender sin agotarse. Aparte es bastante cómica. Así que, de hecho, puede gustar a cualquiera aunque no sepa noruego. Sirve también para hacerse una idea de las cosas que te puedes encontrar aquí

Esta semana hemos tenido reunión particular y general en la barnehage. En breve os cuento.

¡Hasta la próxima! ¡Feliz Castanyada y/o Halloween!