viernes, 30 de agosto de 2013

Nunca fui una chica de Santaló

Ayer cuando volvíamos de la barnehage con los niños, vimos a grupos de estudiantes con la cara pintada, el pelo revuelto, corriendo por el campus.

En Trondheim, el movimiento estudiantil es impresionante, porque está la NTNU, una de las universidades técnicas más prestigiosas de Noruega. Además, hay muchas asociaciones u organizaciones como la Studenter Samfundet, que oferta multitud de actividades, o la  SiT, que tiene un servicio de barnehage para estudiantes con hijos, entre otros.

Una entidad que me llama especialmente la atención, y que estos días se publicita mucho en la ciudad, es la conocida como UKA

                                         Foto Flickr NTNU

En UKA,  a través del voluntariado de los estudiantes, organizan un montón de actos culturales en la ciudad cada año. Ahora están trabajando a contrarreloj para fichar a gente que les ayude en el festival, que se celebrará el próximo mes de octubre en la ciudad. Conciertos, teatro... Este año le toca el turno a la edición número 47

                                         Foto Flickr NTNU

                                        
                                          Foto Flickr NRKP3

Recuerdo mi época universitaria con gran cariño. Las primeras semanas no cabía un alfiler en clase y hacía un calor inhumano. Incluso la gente tomaba apuntes en el suelo. Luego, la afluencia bajaba notablemente, y se podía respirar. 

Sonrío cuando pienso en las clases de derecho mercantil con el profesor "buenorro". Recuerdo una vez que se le cayó la lentilla del ojo. La de chicas que se levantaron a ayudarle. O mi primer maestro de Penal, que era de esos "¡Qué guapo soy, y qué tipo tengo!" También había otros docentes peculiares como el profesor de Tributario, el de Eclesiástico o Penitenciario. Gente de la que aprendí mucho, y gente para olvidar (como en todas partes) 

Allí conocí a dos de mis mejores amigas (besos, preciosas). También hice mi primer viaje loco a Madrid. Y tuve mi primera crisis existencial. Todas estas cosas y muchas más. 

Ansiaba el viernes para salir de marcha. Pateé toda Barcelona, pero sin duda me quedo con el recuerdo del barrio de Poblenou. Las noches en Merlín, Zeleste Sur, Razzmatazz...Nunca fui una chica de los bares y clubs fashion de la zona de Santaló.

En mi época universitaria, espavilé a nivel laboral, y trabajé de camarera en una fiesta de fin de año en el Poble Espanyol. Allí Pau y yo nos vimos por primera vez. 

Tambíén pude hacer prácticas de mediación y arbitraje (una de mis pasiones en Derecho), y conocer el mundo de la responsabilidad civil y penal de la mano de una gran profesional.

Crecí como persona, y marqué mi gusto musical hacia el glam. Mi favorito: Placebo. Aunque en la lista de los grandes tengo a muchos otros. Aquí os dejo un vídeo suyo.



¡Hasta la próxima! ¡ Buen fin de semana!








miércoles, 28 de agosto de 2013

¿Una partida de kubb?

El kubb es un juego nacido en Suecia, que consiste en golpear bloques de madera pequeños mediante el lanzamiento bastones de madera cilindricos. Vendría a ser una mezcla de los bolos y el horseshoes.

Es apto para niños y mayores, y en Noruega es muy popular. Es frecuente ver a gente joven, y familias jugando en la hierba, o en la arena.

La partida puede durar desde un mínimo de veinte minutos hasta horas. El kit básico para jugar está formado por un rey, diez bloques (kubbar), seis bastones (kastpinnar) y cuatro marcas de cancha. En la red, venden kits para todos los gustos y precios. Todo el material es de madera, aunque siempre se puede improvisar con elementos caseros.

                                         Foto Flickr Tobias Carroll

Los jugadores se dividen en dos equipos y preparan el campo. La extensión recomendada es de 5x8m, aunque si se quiere que el juego vaya más rápido, o se trata de una partida infantil, se puede reducir la longitud. El rey se coloca en el centro de la pista, y se ponen cinco kubbar en una y otra parte de la pista, respectivamente.

                                          Foto Flickr Breiterjanosch


La partida se inicia con el lanzamiento de los kastpinnar de un equipo a los kubbar del campo del rival. Una regla fundamental es que los bastones deben tirarse rectos y por debajo del brazo, nunca a a modo de helicóptero.

Os dejo un vídeo para que podáis visualizar fácilmente la mecánica del juego sin entreteneros con explicaciones técnicas. Admite variantes según el país donde se juegue, pero esta es la que se juega en los países nórdicos.



Por último comentaros que el kubb no es sólo un juego para divertirse. Existen competiciones, revistas especializadas y asociaciones por todo el mundo. Y para los que prefieran la tranquilidad, también hay diversas apps.

¿Os animáis a echar una partida? ¡Hasta la próxima!






domingo, 25 de agosto de 2013

Sol, solet

El fin de semana ha sido de lo más soleado, y hemos callejeado. El sábado bajamos al centro. Como siempre, había alguna liada. Música, paradas de comida y gente paseando.

Por una de las calles principales se extendía una retahíla de casetas de los partidos políticos noruegos. Hay elecciones el próximo mes de septiembre. Rosas, chuches, chapas, y globos para los niños. Lo típico cuando se acerca la hora de ejercer el voto. Curiosamente, se observa cierta cercanía de los políticos con la gente. Visten muy informales, nada de ir como pingüinos.

Al hacer más calor, apetecía mucho tomar un helado. Por diez coronas tienes un softy, así que ¡al ataque! El pequeño acabó con nata en el pelo, las manos y toda la cara. Pero disfrutó como un enano. Lo que se dice disfrutar con los cinco sentidos.

También nos dio tiempo de entrar en la biblioteca del centro. Por fuera parece muy pequeña, pero su interior es inmenso. Incluso hay unas ruinas en la entrada. Y una cafetería de donde salen unos olores... (mmm)

Tiene una planta para los niños con multitud de sillas y mesas, y unos asientos la mar de originales hechos con libros. Arnau eligió cuentos de dinosaurios y cocodrilos. En cambio, Adrià fue más directo a los de comida y vestimenta. Pau y yo también leímos un cuento en común. Nuestro nivel de noruego es básico, y hay que ir practicando para mejorar.

Luego nos hicimos socios y pedimos prestada una película infantil, y un cuento. Uno de mis favoritos: Adivina cuánto te quiero (Gjett hvor glad jeg er i deg) de Sam Mc Bratney.


Nunca lo llegué a comprar en catalán o castellano, pero creo que lo pondré en la lista de deseos para estas Navidades. Las ilustraciones son de Anita Jeram. Es un cuento dulce y tierno, de esos que no pueden faltar en vuestra biblioteca. Está traducido a múltiples lenguas, y en diferentes formatos (peluche, plástico para el baño, cartón, y para los más mayores en tapa dura y folios) Lo podéis encontrar en cualquier librería como Abacus por ejemplo.

Hoy hemos vuelto al bosque que hay debajo de la fortaleza de Kristiansten. En una parte, había una exposición sobre la historia militar de Noruega. Arnau ha alucinado con la escenificación de soldados de carne y hueso.



Y luego de picnic en la hierba. Con la toalla, las mochilas y las fiambreras. Los niños se lo han pasado bien corriendo, jugando, y tomando el sol. Pero lo que más les ha gustado es observar cómo un perro recogía el frisbee que le iba lanzando su propietario.


Para acabar hemos ido a coger frambuesas con los pequeños. Cuando se han cansado hemos vuelto a casa y entre todos hemos preparado mermelada. Aquí os dejo la reseña culinaria de Pau.

¡Hasta la próxima!

jueves, 22 de agosto de 2013

Bæ Bæ Lille Lam

El martes empecé el curso de noruego en Trondheim. Somos ocho madres de diferentes países: Polonia, India, China, Italia...Algunas ya llevan tiempo viviendo aquí, otras algunos meses como yo.

Nos presentamos, y la profesora nos entregó un cuestionario para rellenar con nuestros datos personales, y una pequeña descripción sobre nuestra situación actual. Leímos el abecedario. Después, nos enseñó algunas frases sencillas para podernos comunicar en noruego, cuando recojamos a los pequeños de la escuela. De momento, me apaño con el inglés, pero me haría mucha ilusión darle una sorpresa a las profesoras (y a mi misma)

Hvor lenge har han sovet? : ¿Cuánto ha dormido él hoy? Esta me parece fácil de recordar porque sove es dormir y la asimilo a sobar (=dormir en castellano coloquial)

Har Adrià spist mye mat i dag?: ¿Ha comido mucho hoy Adrià? En este caso comer es spise. I dag es hoy. Ambas palabras me resultan familiares, porque aparecen en muchos letreros del supermercado.

Acabamos la clase con una canción tradicional infantil noruega sobre un cordero pequeño (Bæ Bæ Lille Lam) Aquí sí que me perdía mucho. Ahora la estoy memorizando y estudiando.


Por cierto, desde hace pocos días, en los escaparates de muchas tiendas hay una estantería llena de lanas de todos tipos. La más exitosa en Trondheim es la lana de merino. Es una raza de ovejas que proviene de España, y su lana es muy apreciada por su suavidad, transpirabilidad y  función de abrigo.

 Imagen de Flickr de Liam_OMalley 

En Noruega hay camisetas, bodies, mallas, pantalones de lana de merino...De hecho, en la barnehage nos piden una muda completa de ropa interior para cada uno de los pequeños. Estos días han empezado a colocar los primeros modelos en los comercios. En cuanto llegue el frío intenso compraremos para toda la familia. Incluso igual me animo a aprender a tejer. ¿Quién sabe?


¡Hasta la próxima! Ha det bra! (adiós)









martes, 20 de agosto de 2013

Entre primos anda el juego

Estos días hemos tenido una visita muy especial en Trondheim. La de mi hermana Berta y su familia. Hemos exprimido al máximo el fin de semana. Sin grandes pretensiones, hemos disfrutado de las pequeñas cosas de la vida. Tomando algo y mirando los cañones en Kristiansten, paseando por Nídaros, o disfrutando de los columpios de Gassaparken.


El reencuentro con los primos ha sido muy bonito. Parecía como si no hubiera pasado el tiempo. Risas, correteos, abrazos. Alguna riña, pero pequeña. Muchas charlas. Parece mentira lo que pueden llegar a hablar cuatro niños entre cuatro y cinco años. El pequeño Adrià también participaba, y se cogía de la manita de quién se dejara. Tampoco ha faltado el lanzamiento de piedras al río.


Los saltos en la cama elástica han hecho las delicias de los pequeños y no tan pequeños (ejem) También hemos disfrutado de la barbacoa. Por cierto, descubrimos que, pasadas las seis de la tarde, no venden alcohol. ¡Menudo cachondeo con la cerveza sin!


Me siento muy feliz de haber tenido a mi lado a mi hermana, compañera de literas cuando vivíamos con mis padres, y confidente de tantas cosas. También a mi cuñado, encargado de dirigir la ruta hasta aquí. Y por supuesto,  ha sido fantástico ver a todos los primos juntos. Os dejo una foto que hizo Pau. Me encanta.


¡Este post va por vosotros, familia! ¡Hasta la próxima!




jueves, 15 de agosto de 2013

Nuestra barnehage

Esta semana me he pasado más horas en la barnehage de los pequeños, que en casa. Estamos en fase de adaptación de los niños a su nueva escuela. Ha sido cansado, pero he visto de cerca cómo funciona el sistema preescolar noruego. Pau ha podido venir algunos días, y los chicos la mar de contentos.

No tienen pupitres asignados para los niños. Hay varias salas, y mientras unos niños pintan, otros miran un cuento o juegan a disfrazarse. No hacen fichas. Los ratos compartidos todos juntos son para cantar canciones, oir un cuento, o salir al patio. Le dan mucha importancia a hacer pequeños grupos, y cada uno de éstos hace una actividad ya sea dirigida por la maestra, o libre. Esto es posible, porque hay mucho personal trabajando en los colegios.

La tónica a la hora de comer es la misma. En la clase del chiquitín comen seis niños y niñas de dos años juntos en una pequeña sala. Y con ellos está un chico muy agradable, que les ayuda en lo necesario

Nos han comentado que, a partir de septiembre, un día a la semana salen de paseo por la ciudad. Pero que no hay gastos, porque el transporte público es gratuito para las barnehage

Adrià empezó su adaptación ayer. Le gustó su clase, pero se pasó un rato llorando porque quería ir con el tete. Tuvo un día tan emocionante que se durmió en la escuela. Arnau lo lleva mucho mejor. Aunque hoy, que era su primer día solo, he estado un ratito con él, porque la profesora lo veía triste y no quería comer. Al final, lo he convencido, y la tarde ha ido rodada.

Hacia las dos de la tarde salen al patio, y los niños comen fruta sentados en mesas de picnic. Asimismo, todos abren su fiambrera (matpakke) con cosas que traen de casa (galletas, pan, cereales, queso, salchichas etc). Nos han recomendado que nuestros pequeños lleven la suya, porque así tienen para comer algo de su casa.

                                         Imagen de Flickr de @abrunvoll

Otra cosa sorprendente es que es habitual ver a hombres trabajando en las barnehage: Abrazando a los bebés, poniéndoles música, de paseo con el carrito. Lo veo genial. Pero me ha llamado la atención, porque en las escoles bressol de Barcelona no es habitual.

Ayer tuvimos reunión de tutoría con una traductora de español. Una señora mayor que por el acento diría que es argentina. La verdad es que fue útil. Nos preguntaron sobre el carácter de los enanos, la familia y sus hábitos. Hubo alguna pregunta sorprendente cómo qué esperábamos del centro escolar, o si nos preocupaban los virus que suelen correr por los coles.

Un detalle bonito y práctico lo tuvo la maestra del chiquitín. Se apuntó una serie de expresiones básicas en catalán para entenderle mientras aprende noruego. Hoy la profesora de Arnau se ha hecho una fotocopia de la chuleta catalán-noruego. En el caso de Arnau,  su maestra se interesó por la cultura catalana. Y nos dijo que si al mayor le apetece, podría explicar cosas a los demás niños, y  traer fotos de los castellers, el tió de Nadal...

Por cierto, la semana que viene empiezo un curso de noruego en Trondheim. En la barnehage nos dijeron que en el Ayuntamiento hacen cursos gratuitos para padres y madres con niños escolarizados, así que ¡allá voy! Estoy muy ilusionada.

Mañana tienen fiesta las fieras, así que  podrán descansar de tantas emociones. Y yo también (ejem)

¡Hasta la próxima! 


martes, 13 de agosto de 2013

Vuelta al cole

Ayer de vuelta al cole. Fue el primer día de barnehage del mayor de la casa, y toda la familia fuimos con él. El fin de semana tocó revisar y marcar el material escolar de Arnau. Conjunto de lluvia, gorro de entretiempo, guantes, botas de agua, y una muda. Además de rellenar un montón de papeles que pudimos entender gracias a los conocimientos básicos de noruego de Pau, y el traductor de Google

Arnau estaba como un flan, aunque disimulaba. Ayer desayunó en silencio e hicimos el camino hasta el colegio muy callados. Se notaba que le daba vueltas al tema.

Al llegar a la barnehage le dieron la bienvenida y cantaron una canción. Seguía sin decir nada, pero lo observaba todo con gran curiosidad. Luego llegó la hora de jugar, y disfrutó mucho con los Lego. Los demás niños se le acercaban y miraban. Pero cuando algún adulto se dirigía a él, se tensaba y decía "no" 



Lo peor fue la hora de comer. Le salieron todos los nervios de golpe y no se sentó con los demás ni comió. Pero el pequeño, que no perdona bocado, ni corto ni perezoso se sentó con los mayores. Acto seguido, se zampó el salmón con patatas que había para comer. Los lunes y los viernes comen caliente, y los demás días hay platos fríos. 

Hoy  les han servido unas tostadas. En  platillos había queso, salchichón, tomates cherries, pepinos, atún y huevo duro para que se hicieran su propio sandwich. Para beber, agua y leche. Arnau ha cogido los tomatitos y los ha untado en el pan. Se ha preparado su propio pà amb tomàquet. Lo bueno no se olvida. 

El chiquitín también se ha apuntado a comer y ha disfrutado como un enano con el atún. Arnau ha empezado a estar más relajado. Ha devorado todo lo que había en la mesa, e incluso se reía con un compañero. Luego ha ayudado a la monitora a quitar los platos de la mesa. Y cuando se lo ha agradecido, le ha aparecido una gran sonrisa en su rostro.

Después de comer, han ido a jugar, y se ha animado bastante con un supermercado de juguete. Los niños hacían cola y cuando les tocaba compraban las cosas a una niña, que hacía las veces de cajera. También se ha puesto una de las capas que tienen, y ha jugado a monstruos y fantasmas con otro niño. Incluso  ha estado un rato en el rincón de lectura mirando un cuento de un trol. 

De los juguetes, me han parecido curiosas unas construcciones de plástico transparente. Los críos las ponen encima de una pantalla luminosa, y se lo pasan pipa.



Hoy Arnau ha salido al exterior, y, aunque al principio le ha encantado, después se ha agobiado con la lluvia. Aquí los niños llueva o nieve juegan en el patio. Todos van equipados, y se nota que están acostumbrados a trastear en condiciones meteorólogicas adversas. Saltan como locos en los charcos, van con los triciclos a toda velocidad, hacen pasteles de arena y agua, se columpian etc. Todo de manera absolutamente natural. Él iba preparado, pero cuando las gotas de agua han empezado a caer con fuerza, ha dicho que no quería jugar más. 

Mañana tenemos reunión con el equipo docente para hablar de los niños y vendrá un traductor de español. También empieza el pequeño de la casa, a ver cómo va sin su tete cerca. 

La adaptación a la escuela será un camino largo a recorrer, especialmente por el tema del noruego. Pero, en conjunto, estoy contenta, porque hoy ha ido mejor que ayer. Y entre todos nos ayudaremos. Ya nos han dicho que sin prisas, porque todo es nuevo para él.  

Hemos estado cuatro horas, y lo mejor es que Arnau no se quería ir. No obstante, la  profesora nos ha dicho que era mejor que se fuera con ganas que enfadado.

¡Hasta la próxima!







domingo, 11 de agosto de 2013

Como un cuento de hadas

Bakklandet es uno de los barrios más pintorescos de Trondheim, cuya existencia se remonta al siglo XV. Durante la historia ha sufrido duros embates que han puesto en peligro la continuidad de la zona. Pero actualmente, es de uno los sitios más idílicos, limpios, y con buen estándar donde se puede vivir en Trondheim. 

Está conformado por casas de madera restauradas, o que conservan el estilo de siglos atrás. Ventanas con repisas llenas de detalles de cuentos de hadas. Calles estrechas con adoquinado antiguo. Miradores con vistas al río (donde los niños y yo más de una vez hemos disfrutado de unos bocadillos caseros)

Cafés, cervecerías y restaurantes coquetos se ubican allí. Os dejo una fotografía del popular Den Gode Nabo, donde se puede comer una hamburguesa y una cerveza flotando sobre el río Nid. Tiene su precio, todo sea dicho, pero para una ocasión especial vale la pena.




No pueden faltar las tiendas de estilo vintage con escaparates de revista.




Esta semana se han celebrado las fiestas de Bakklandet (Bakklandsdagene) con actividades para todos los gustos y edades.




El fin de semana los niños han sido los protagonistas. Y en Gasaparken, un pequeño parque infantil con vistas al río y mesa de picnic, ha habido entretenimiento para ellos. Ponies y caballos para pasear. Un taller para pequeños rockeros...

Tampoco ha faltado un mercado para los reyes y las reinas de la casa. Juguetes de madera. Cojines para soñar, y piezas hechas con mucho mimo, y con el colorido y la calidad que caracteriza a las prendas nórdicas.





Había algunas paradas para picar el tradicional fiskekaker (hamburguesa de pescado), o comer el típico algodón de azúcar y las palomitas de las ferias. Asimismo, frutas y verduras  lucían al sol. La cafetería-restaurante que se ve al fondo de la fotografía es la conocida Baklandet Skydsstation, y siempre está llena tanto de turistas como de locales.




Pero, sin duda, lo que más les ha gustado a los enanos es el barco de los bomberos. Ayer hubo exhibición, y el barco iba bombeando agua del río por doquier, ante la mirada atenta del público. Es el medio que se utiliza en Trondheim cuando hay algún incendio en las casas que dan al  río.




Por último,  si queréis conocer más detalles sobre la historia, así como ver fotografías de Bakklandet, no dudéis en pinchar aquí

¡Hasta la próxima!



viernes, 9 de agosto de 2013

A flor de piel

Me ha venido un poco de morriña con algunas de las imágenes que circulan por la red, con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Dí la teta a mis dos hijos y fue una experiencia inolvidable. Recuerdo cómo se le iban los ojos al mayor mientras mamaba, y se quedaba dormido en mi regazo. Y cómo le gustaba buscar el pecho cuando iba en la Manduca. 

Me viene a la mente cómo el pequeño al nacer alcanzó la teta con una facilidad innata. Cierro los ojos y visualizo sus deditos recorriendo mi piel.  Sus miradas cómplices, y aquella sonrisa de felicidad del que está a gustito. 

Y ahora aquí estamos: A punto de empezar el colegio en Trondheim. El lunes el mayor inicia la barnehage, y le hacen una pequeña bienvenida en la escuela. Son dieciocho niños en clase. Hay compañeros que ya han comenzado esta semana. Los nuevos se incorporan progresivamente durante la primera quincena de agosto (al pequeño le toca el miércoles)

Arnau está contento y nervioso. Él ha ido dos años a la escuela en Barcelona, y sabe qué es, pero le preocupa el noruego. De momento sabe decir hola (hei), gracias (takk), o muchas gracias (tusen takk). Lo mismo que una básicamente. Ya le he dicho que entre todos nos ayudaremos. Seguro que en Navidad me da clases él.

Por mi parte, os presento a mis nuevos amigos y el curso virtual que voy a empezar el lunes. Es gratuito y tiene buenas referencias. Por si a alguien le apetece aprender noruego, pinchando aquí lo podéis hacer.


Estos meses con los niños han sido intensos. Hemos tenido momentos fantásticos, jugando en la pista del barrio con piedras y palos, observando las flores, y haciendo carreras por el campo. También hemos disfrutado paseando por Nidaros, yendo a ver las bicicletas que han caído al fondo del río, leyendo cuentos bajo la lluvia...



Nos hemos regalado muchos besos y abrazos. Cosquillas en la cama. Tampoco han faltado las caricias, y esos silencios que quieren decir tantas cosas.

Pero también he sufrido agotamiento maternal.  Ese cansancio físico y mental que, a veces, te impide ver con claridad las cosas y disfrutar de la vida. Que trae días de malhumor y desgana. Gritos innecesarios. Cosas que tienen que desaparecer rápido antes de que te engullan.

Ayer leí un post de Margaret de Tela de Abrazos sobre este tema, con el que me sentí muy identificada. Lectura recomendada.

Los chicos notaban cuando no estaba bien, y mi pareja también. El pequeño me daba "petons de gasolina" (que dice él), y me preguntaba "estàs contenta mama?" El mayor me abrazaba fuerte en silencio. Por suerte, estoy de salida de todo esto, y aplicándome mi propio lema: Carpe diem!

Por cierto, en relación al estrés parental, existe un reto un tanto curioso en la red: The Orange Rhino Challenge. Consiste en cesar de gritar a los niños. Interesante. Da qué pensar. ¿Os apuntáis?

                                                     Imagen de: elpais.com

Esto es todo por hoy. ¡Buen fin de semana!







jueves, 8 de agosto de 2013

Sobre ruedas

Ya hace algo más de dos meses que los niños y yo llegamos a Trondheim. Recuerdo nuestro aterrizaje, después de una odisea de viaje. Enseguida Pau nos acompañó a la salida del aeropuerto, y compramos los tickets para el autobús.

No hice fotos, porque fue un momento de reencuentro familiar enorme después de tres meses separados. Pero disfrutamos mucho tras la ventanilla. Todo el fiordo de Trondheim a nuestros ojos. El río, el mar, las piedras, y el sol iluminándolo todo.  Además del verde intenso de las montañas. 

Viajar sobre ruedas merece la pena para conocer tierras nórdicas, y disfrutar de paisajes inigualables. No hace falta libro alguno para que pase rápido el trayecto. Sin duda, lo mejor es llevarse la cámara de fotos, y disfrutar de semejante experiencia visual. 

La primera opción es el coche, la furgoneta, o la autocaravana. En el aeropuerto y en el centro de la ciudad, existen oficinas de alquiler de las conocidas casas Avis y Hertz. Si venís en ferry, podéis traer vuestro propio vehículo. Imagino que recorrer las carreteras noruegas en motocicleta debe ser una sensación única en verano. Recuerdo lo que disfrutábamos Pau yo con nuestra Piaggio, y era un simple ciclomotor

                                         Imagen de Héctor Rodríguez

Si queréis olvidaros de conducir y estar absolutamente relajados, no os podéis perder los recorridos maravillosos en tren, que ofrecen los Ferrocarriles Nacionales de Noruega (NSB

Los billetes resultan algo caros, pero al menos una vez en la vida merece la pena probarlo. Además, hay algunos descuentos para familias, entre otros, que podéis consultar en su web. Si queréis ver trols, zonas rurales y ciudades como Oslo o Trondheim la ruta de Dovre os encantará.

Asimismo,  recomiendo que echéis un vistazo a las excursiones que se ofrecen en los fiordos, especialmente merece la pena el paquete Norway in a Nutshell.  Si vais con peques, una ruta cortita y preciosa es la del Tren de Flam (Flamsbana)

                                                                     Imagen de Davesandford

Otra opción rodada, más económica, son los autocares y los autobuses. Hay numerosas compañías que realizan rutas por todo el país. Se tarda más horas que con el tren, pero igualmente se disfruta de la naturaleza. Podéis mirar destinos en la web de Bussekpress. Para la ruta de los fiordos también tenéis la flota de Fjord1.



Como soy novata en tierras nórdicas, seguro que me dejo cosas, así que estaré encantada de leer vuestras aportaciones viajeras


¡Hasta la próxima!



martes, 6 de agosto de 2013

Campo y ciudad

Desde que estamos aquí tenemos el campo alcance de la mano. En Trondheim, hay grandes extensiones de verde muy cerca del asfalto gris de la ciudad.  De hecho, lo urbanita se mezcla con lo natural continuamente. En invierno, las praderas cambian el color a blanco, y se convierten en pistas de esquí improvisadas. 

Un ejemplo son los jardines que hay debajo de la fortaleza de Kristiansten. Fuimos el domingo. Caminamos unos veinte minutos desde casa, y allí nos plantamos los cuatro.

Nos quedamos boquiabiertos ante semejante inmensidad de espacio verde y diáfano. Se pueden jugar como tres partidos de fútbol a la vez. Huele a libertad, como decía una amiga de la facultad, pensé cuando llegamos.

Como aquí llueve con frecuencia, es habitual encontrar setas por doquier, incluso en las aceras, donde es curioso ver como crece el musgo también. A continuación, una foto de nuestro primer hallazgo.


Como no somos caçadors de bolets, únicamente estuvimos fotografiando el ejemplar blanco. Explicamos a los niños lo que son las setas, y que no pueden comer ninguna, excepto las que se compren en el mercado. Escuchaban los dos atentos. A ver si un día vamos con un experto/-a en el tema, y podemos aprender cosas toda la familia. Recoger setas los cuatro sería la mar de divertido. Pero hay que tener conocimiento de causa.

Por cierto, si alguien adivina qué tipo de seta es la de la fotografía, estaré encantada de saberlo.

A medida que íbamos caminando por la pradera, encontramos un pequeño bosque de pinos y plantas silvestres. Estaba junto a una de las escuelas internacionales de Trondheim. Todo un lujo poder aprender rodeados de naturaleza en estado puro.

Nos adentramos. Los chicos se emocionaban con las pendientes. Decían que eran escaladores. También divisamos piñas mordidas. Pero no a las ardillas. Tendremos que volver a ver si hay suerte, y las vemos en acción.



Por último, llegamos a una parte llena de zarzas. Encontramos moras. Recuerdo de pequeña cuándo íbamos a buscar con mi madre, y hacía mermelada casera. La guardaba en botes de cristal con la típica tapa metálica de color oro, o de cuadros rojos y blancos. Mis hermanos y yo nos chupábamos los dedos.



Ah, bajando por el camino del bosque, se llega a Bakklandet, un barrio muy pintoresco y coqueto de la ciudad. Esta semana está de fiesta, y las calles lucen aún más de lo habitual. Aquí tenéis el programa de actividades

Hoy me despido con pensamientos dulces. ¡Hasta la próxima!

domingo, 4 de agosto de 2013

Rico, rico

Del 1 al 3 de agosto se celebró en Trondheim el Trønsderk Matfestival (Festival Culinario de Trøndelag) Coincidió con los últimos días del Olavfestdagene, y el centro de la ciudad estaba en plena ebullición de gente de todas las edades.

Me sorprendió gratamente el Matfestival. Todas las paradas, aparte de vender sus productos, ofrecían algún tipo de manjar gratuito en platillos: Queso, salmón, mejillones, y sashimi fueron los más exitosos para los pequeños. Adrià deslizaba sus manitas entre la gente para alcanzar la comida. Se relamía y me decía "mama això està molt bo"  



Lo que más me llamó la atención fue el protagonismo de los niños en el festival. Había stands en que decía que preparaban  tapas exclusivamente para ellos. Y carteles alegres de bienvenida.



No podían faltar talleres infantiles para aprender a preparar pan (aquí es típico hacer pan casero), o batidos de fruta (en Trondheim son muy populares los smoothies)

La carpa favorita de las fieras fue una de temática marina de Hitra og Frøya Al entrar les hicieron una foto. A continuación, cada uno recibió una tarjeta de pescador con su foto, y una gorra azul celeste. Estaban muy orgullosos. Luego fueron a una pecera instalada allí mismo, donde pudieron observar todo tipo de peces y crustáceos vivos. También disfrutaron un buen rato de la zona para dibujar y colorear.




Me pareció curioso un espacio para los niños que se llamaba algo así como "Rellena tu fiambrera gratis" Los críos cogían brócoli, pepino y zanahoria, y lo metían entre dos rebanadas de pan Bimbo con salsa. Algunos lo guardaban en un tupper, y los más hambrientos se lo iban comiendo por el camino. Un bocadillo saludable, sin duda. Los míos no quisieron probarlo. Supongo que cuando empiecen la barnehage ya se acostumbrarán. El día que fuimos de visita, la profesora estaba preparando bocadillos similares a los alumnos.

También había cursos de cocina de pago que tenían bastante éxito, a juzgar por la cola que había para entrar. Y otros gratuitos en directo en un escenario al aire libre. Hubo un día con exhibición de barbacoas. Todo un mundo.

Pude constatar que en Noruega tienen una gran variedad de marisco y pescado, aunque las recetas de cocina no sean tan apetitosas como las de nuestro país. En cuanto a carne, probé una hamburguesa de ciervo, y la verdad es que estaba rica. Otro producto que destacaba era la cerveza artesanal. Y también el queso, que lo mezclan con una salsa agridulce y no está nada mal.

Para finalizar, si pincháis aquí podréis ver un vídeo precioso de las actividades infantiles del festival. Delicioso.

¡Hasta la próxima!












viernes, 2 de agosto de 2013

Cabins

Viajar a Noruega impone, entre otras cosas, por el precio del alojamiento. Pero como en todas partes, se puede estar aquí por poco dinero. 

Hoy os hablaré de las cabins. Son cabañas situadas en plena naturaleza. Paisajes impresionantes y tranquilidad. Desconexión asegurada.

Imagen vía Flickr Aitor García Viñas

La primera ventaja es su precio. La segunda la calidez. Y la tercera la comodidad. Las mismas están divididas en estrellas, que indican los servicios que se ofrecen. La máxima puntuación vendría a ser el equivalente a un apartamento con todas las comodidades. Todo depende del presupuesto, y de las cosas que uno necesite.

Es un tipo de alojamiento muy utilizado por los propios noruegos para hacer turismo interior, y por los extranjeros que vienen de vacaciones. El precio por noche y cabaña empieza a partir de los 60.-€, y va subiendo en función de los servicios ofertados y el tamaño de la cabaña. Son ideales para todos los públicos, parejas, grupos de amigos y familias.

En la web de la Asociación Noruega de Trekking encontraréis un montón de cabins. Asimismo, hay información sobre diferentes rutas, cursos y actividades para todas las edades. Si pincháis aquí, también podréis encontrar rutas para practicar senderismo.

Si os apetece algo especial, las cabañas de los pescadores (rorbu) son una buena elección. Hay que reservar con bastante antelación, porque están muy solicitadas. El precio medio por noche y cabaña, 75.-€. Como siempre puede oscilar en función de los servicios que ofrezca el alojamiento. Aquí tenéis dos fotos preciosas del Flickr de Melisa Toledo




Por último, para los más urbanitas, existen cabins cerca de las ciudades.  De esta manera se puede mezclar campo y ciudad a poca distancia. Un ejemplo sería el camping de Storsand, a solo 17 km de Trondheim, y con una amplia gama de servicios, o el Flakk Camping situado al este del fiordo de la ciudad. 

Cuando volvamos a tener unos días de vacaciones, queremos probar las cabañas con los chicos. Con tanta naturaleza al alcance de la mano, estamos seguros que lo van a disfrutar, y los papis también. Ya os contaremos qué tal ha sido la experiencia.

¡Buen fin de semana! ¡Felicidades, Pablo!