jueves, 27 de junio de 2013

Noruego

Esta semana hará un mes que aterrizamos en Trondheim y empiezo a entender mis primeras palabras de noruego. Ayer en una exhibición de tango en el Martnan, conseguí descifrar lo que iba diciendo el presentador. Primero comentó que habría una muestra de baile. Luego, que en septiembre empezaría un curso. Pero menos flores, que mi noruego sigue siendo más que básico. En inglés cada vez mejor, y en las tiendas ya me apaño con dignidad. 

La semana que viene comenzaré a mirar cursos de noruego. Escrito es un idioma bastante intuitivo, pero hablado la cosa se complica. Tengo ganas de saber lo que pone en todas partes, y también aprender el idioma para integrarme mejor.

Aclaro que no tengo intención de apuntarme a tango (ejem). Hace unos años lo intenté con la salsa y fue desastroso. No obstante, fue curioso ver a diversas parejas de lo más variopinto bailando al ritmo musical argentino. La imagen más bonita la protagonizaron unos padres que danzaban con su bebé en un foulard. Muy tierno. 

En Trondheim se ven familias continuamente. Y muchas embarazadas. La buena baja por maternidad-paternidad que tienen ayuda, pero también la concepción de que los niños son el futuro. Se organizan muchos eventos para ellos. La gente sonríe cuando ve a los críos.  Son socialmente queridos. 

Por cierto, ayer también vimos una subasta de antigüedades y objetos del hogar. Las cosas no duraban más de un minuto. Enseguida ¡adjudicadas! 

¡Hasta la próxima!






No hay comentarios:

Publicar un comentario