El transportista se ha negado a entrar las cajas en casa y las ha dejado en la calle. Sin ninguna razón, que no podía y punto. Informo que de los tres palets he podido descargar dos, pero para las cajas de madera estoy haciendo guardia hasta que Pau vuelva de trabajar. Se necesitan dos personas al menos para entrarlas en casa. Cuando podamos desembalar las cajas: ¡a saber que nos vamos a encontrar!
Pequeño detalle: La empresa de mudanzas en ningún momento nos ha dicho qué ha pasado este mes. Nos pidieron hace dos días que les informáramos nosotros cuando llegaran las cosas. Surrealista. Indignante.
¡Besos, lectores! Mañana será otro día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario