viernes, 21 de junio de 2013

Dieciocho grados

Primer día de verano y unos fantásticos 18ºC nos acompañan en Trondheim.
Esta mañana ha tocado un poco de deporte. Los pequeños me han dejado agotada jugando a fútbol en una pista del barrio. Luego por suerte se han entretenido con la multitud de dientes de león que había.



Cuando empiecen el curso escolar, me gustaría practicar algo de footing. A ver si lo consigo y les puedo seguir el ritmo (ejem).

Aquí también es el último día de escuela de los niños (bon estiu, Pràctiques 2!). En la ciudad hay algunas actividades organizadas para el verano. Ya os iré contando.

Esta semana hemos visitado la clase de Adrià. Sorprende porque está hecha a prueba de las fieras: No hay cantos de mesas, ni cristales ni piezas pequeñas. Está lleno de colchonetas blanditas, y juguetes grandes. También disponen de un pequeño circuito de rampas para estimular el gateo y el equilibrio en los que ya saben caminar.  Lo mejor es que las clases de los dos están una enfrente de la otra. Así para ellos la adaptación será más fácil.

A los niños les hizo gracia volver a ver lo que será su nueva escuela, aunque Adrià estaba inquieto. Creo que pensó que empezaba aquél día, porque vigilaba constantemente donde estaba la mama. Nos hicieron un pequeño tour y comprobamos que el vestuario es enorme. Pero es que si uno lee la lista de ropa que necesitan se entiende: Chubasquero, mono de nieve, traje impermeable, guantes, gorros, botas afelpadas, botas de agua etc. Nos llegó por correo electrónico en noruego y casi me da un jamacuco. Pero nada que no se pudiera solucionar con un diccionario y especialmente con el Google images

Este mes nos tocará comprar el susodicho vestuario para los dos. Miraremos, aparte de las tiendas recomendadas, el mercado de segunda mano. Aquí es bastante popular. El otro día nos estrenamos comprando un microondas a un chico del barrio (a través de una página web noruega muy conocida).

¡Besos veraniegos! ¡Buen fin de semana!






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