miércoles, 12 de junio de 2013

Escuelas noruegas


Hoy hemos ido a la fiesta de bienvenida de la clase de Arnau de su nueva escuela o barnehage.

Las barnehage cubren el período de edad de 1-5 años. Vienen a ser el equivalente de lo que en Barcelona son nuestras queridas escoles bressol (Molts petons, ratolinetes)

El curso 2014-2015 comenzará el colegio o skole, así que volveremos a estar liados con las preinscripciones en unos meses. Pero al menos, empezaremos con la fase de educación gratuita.

Lo que más me ha sorprendido de la visita es que hay bastante personal académico trabajando: Profesores, pedagogos, y auxiliares. Van vestidos con chalecos llamativos para que se les distinga, y con una pequeña placa identificativa.

La escuela tiene un patio muy agradable donde apenas se oye ruido de coches. Hay niños de diferentes nacionalidades jugando y riendo.

Los grupos de niños se dividen en diversas clases con nombre de plantas (realmente, aquí la jardinería es una pasión nacional). La clase de Arnau tiene tres ambientes, el de juegos y la cocina, el de las manualidades, y por último, una habitación con unas gradas donde les explican cuentos.

Hemos estado una hora, y los pequeños se lo han pasado pipa con los Lego. No querían irse. Parece que Arnau ha hecho buenas migas con un niño alemán que lleva tiempo en la ciudad.

Nos han comentado que los primeros días del curso vendrá un intérprete de español, pese a entendernos en inglés. El objetivo es que captemos mejor las normas y las costumbres que tienen. No nos lo esperábamos, la verdad sea dicha, pero seguro que ayuda.

Luego, los niños y yo nos hemos acercado a la zona de la catedral de Trondheim a disfrutar del sol, y los 16ºC que nos acompañan hoy. Sin duda, el mejor día desde que hemos llegado.

A Arnau lo tiene fascinado el cementerio. Mientras lo observa, me cuenta historietas de vampiros, aparte de hacer millones de preguntas. Pero ese es él. La cotorra curiosa de la casa.

Paseando hemos descubierto un mirador. El río amansa a las fieras.


Y de camino de vuelta a casa, ¡no hay diente de león que se les resista! ¡Hasta pronto!





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